La historia del Hotel Gillow está muy ligada con la Iglesia de la Profesa, también conocida como el Templo de San Felipe Neri. Una parte del hotel está justo debajo del campanario derecho de la Iglesia que en el pasado tenían comunicación interna.

El nombre de Gillow proviene de su fundador Don Tomás Gillow, quien fuera originario de LiverpooI (1797-1877) y había venido a México en 1819 a abrir una sucursal de la joyería Rosquel, que se estableció en la calle de la Profesa. Esta joyería tuvo mucho éxito, y debido a la ejemplar conducta del señor Gillow, así como a su honorabilidad mercantil y trato amable y cortés le granjeó enseguida las más valiosas amistades, por lo que no tuvo escasas influencias.

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El sincero catolicismo de Don Tomás le hizo merecer la estimación sincera de las familias más distinguidas de la época. Fue así como conoció a la señora Marquesa de Selva Nevada,  mejor conocida en México como la Sra. Pininos. La dama había enviudado recientemente y tenía dos hijos,  un varón y una niña a quienes les había transmitido su título nobiliario.  Al poco tiempo de conocerse, se enamoraron y se casaron.

Más adelante,  a partir las leyes de Reforma,  muchos de los bienes de la Iglesia pasaron a manos del Estado.  La Iglesia la Profesa, que fue fundada por los jesuitas,  tenía un anexo que era llamado Casa de Ejercicios Espirituales.

Cuando los jesuitas fueron expulsados de México, la Profesa  quedó en manos de la orden de San Felipe Neri y don Tomás compró la Casa de Ejercicios Espirituales, la cual  conocía por su gran devoción católica. Mandó adaptar la construcción al Arq. Ramón Rodríguez Arangoiti en el año 1869 para fundar el Hotel Gillow.

Con el paso de los años el Hotel Gillow  tuvo otro dueño y otra remodelación. En este caso fue Tirso Sáenz, quien realizó importantes reformas para darle el confort, lujo y servicio de un hotel de primera clase. El domingo 11 de Septiembre de 1904,  se reinauguró con gran solemnidad con la asistencia del Presidente Porfirio Díaz y del ministro de Justicia e Instrucción, Justino Fernández.

Más adelante,  con el paso de los años vuelve a tener otra transformación alrededor de los años 30.  En este periodo se aumentaron 3 pisos a la estructura original quedando en los 6 pisos que se mantienen hasta nuestros días. También se añadieron los elevadores.

Todo quedó perfectamente decorado con el famoso estilo Art Decó tan de moda en esa época.

Actualmente pertenece desde 1974 a un grupo de empresarios que han sabido mantener el estilo y la forma, así como la calidad en el servicio  para mantener al Hotel Gillow siempre a la vanguardia de la hotelería en la Ciudad de México

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